El Juramento del Juego de la pelota (francés: Serment du Jeu de paume )? es un compromiso de unión presentado el 20 de junio de 1789 entre los 577 diputados del tercer estado para no separarse hasta dotar a Francia de una Constitución, haciendo frente a las presiones del rey Luis XVI.
Con el pretexto de unas reparaciones que debían hacerse en la sala de los Menus-Plaisirs, en la que se celebraban las sesiones de los Estados Generales, la guardia impidió que los diputados del "tercer estado" se reunieran allí el 20 de junio de 1789. Los diputados entonces se reunieron en la sala del jeu de paume de Versalles. Con la ayuda del diputado Jean-Joseph Mounier, el abad Emmanuel-Joseph Sieyès se compromete a redactar la fórmula del célebre juramento del Jeu de Paume "de no separarse jamás, y reunirse siempre que las circunstancias lo exijan hasta que la constitución sea aprobada y consolidada sobre unas bases sólidas". Este texto fue leído por Jean Sylvain Bailly, y el juramento fue votado por unanimidad, excepto por una voz, la de: Martin d’Auch. La Asamblea Nacional se declaró Constituyente. Fue éste un acto determinante y una afirmación política de autodeterminación del pueblo llevada a cabo por sus representantes, y fue considerado como el nacimiento de la Revolución francesa.
Con el pretexto de unas reparaciones que debían hacerse en la sala de los Menus-Plaisirs, en la que se celebraban las sesiones de los Estados Generales, la guardia impidió que los diputados del "tercer estado" se reunieran allí el 20 de junio de 1789. Los diputados entonces se reunieron en la sala del jeu de paume de Versalles. Con la ayuda del diputado Jean-Joseph Mounier, el abad Emmanuel-Joseph Sieyès se compromete a redactar la fórmula del célebre juramento del Jeu de Paume "de no separarse jamás, y reunirse siempre que las circunstancias lo exijan hasta que la constitución sea aprobada y consolidada sobre unas bases sólidas". Este texto fue leído por Jean Sylvain Bailly, y el juramento fue votado por unanimidad, excepto por una voz, la de: Martin d’Auch. La Asamblea Nacional se declaró Constituyente. Fue éste un acto determinante y una afirmación política de autodeterminación del pueblo llevada a cabo por sus representantes, y fue considerado como el nacimiento de la Revolución francesa.
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